El fundamento de los superheroes
Conversando con Absence, salió como tema la relación entre los superhéroes y las drogas. Hay gente que si oye conversaciones de este tipo se construye un perfil de persona parecido al de los aficionados al futbol, comentando los perfiles de los personajes de sus estampitas. Esa gente no entiende que lo que manejamos son símbolos, metáforas que nos permiten entender el momento en el que vivimos. Actos reflejos de la propia sociedad Borderline (como dice A.), hiperconsumista y desesperada en la que vivimos.
La conversación derivó a un lucidísimo párrafo de Tom Wolfe que Absence ha colgado en su blog y que deben leer antes de continuar. Les espero.
Léanlo aquí
Con la conversación terminada y la visita al ponche lisérgico cubierta, me quedé pensando en si, como habíamos acordado, los superhéroes son el horizonte de las drogas, el modelo que persona con la percepción abierta (o rota) quiere alcanzar, o donde se ve reflejado. El párrafo de Wolfe se puede (y debe) aplicar a las drogas, pero va más allá, porque el modelo va más allá.
Wolfe, en el párrafo, se centra particularmente en la tecnología, pero las claves que muestra valen para ambos casos. Porque lo que importa no es la tecnología sino sus efectos. Lo que importa no es crear un coche de 200 caballos sino estar dentro.
Todos los superhéroes trabajan sobre la máscara de la tecnología. Supermán viene de un lugar más civilizado. Batman flota con sus aparatos. Todos los personajes marvel son atómicos, o mutantes, o electricos, o industriales, o de laboratorio. Si hay una rama mística es por oposición a la ciencia. Maldita sea, el punto debil de superman (fuera de los souvenirs de su pueblo) es la magia . No es casual.
(Incluso a través del cine han heredado esa condición gracias a una curiosa casualidad: las imágenes creadas por ordenador. La tecnología nos permite que haya Superhéroes en el cine. Es un bucle cuanto menos llamativo)
Lo importante es notar los superhéroes son la primera raza de ficción construida a partir de las sensaciones extremas. De las sensaciones simples: no del amor, o del odio, o de estructuras civilizadas, sino de la luz, de la velocidad, de la fuerza.... desproporcionadas. Comparen a Ulises con Flash: la novela clásica habla del viaje, los superhéroes hablan del subidón. Un subidón que puede ser químico o físico: el coche de miles de caballos que acertadamente pone Wolfe es una droga que se lleva muchos más muertos que las sobredosis.
Así que lo nuevo, el subidón, ese estado expandido de la percepción que tenemos cuando estamos en mitad de un accidente -qué rápido pensamos en ese segundo- o cuando estamos drogados, o cuando estamos en alerta, es el fundamento del superhéroe, como símbolo. Y una sociedad Borderline hiperconsumista que se vende a sí misma como "muy rápida" se refleja necesariamente en los superhéroes, y la gente esnifa y pisa el acelerador para mantener el ritmo, continuar otro número más, vivir al límite y dejar un bonito cadaver cuando te cancelen la serie. Los superhéroes ha predicho lo que somos.
Los progres de antes y los cejijuntos de hoy mantienen que los superhéroes se cimentan sobre el fascismo y los puñetazos. No se enteran de nada.
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