2006: Hay que lavalo (La vuelta de la Charanga del Tío Honorio)
Hoy la televisión me ha colmado la gota. Se anunciaba el disco de Pet Shop Boys "Fundamental", y los dos intérpretes tenían sus cabezas cubiertas con sombreros. Inmediatamente me ha venido a la cabeza la chanza "fundamental=boina". Y es apropiado y sincrónico en el verano del opá (y del mundiá, también opá).
Los que han trazado este reflote 2006 de la música popular orientada a lo rural, han revisado productos de diversa factura, como los irregulares No me pises que llevo chanclas (que tenían más de rural en la etiqueta que en la forma) o los inesperados Zapato Veloz, cuyo Tractor Amarillo sigue cosechando congas en bodas y comuniones. Los más astutos incluían a los Berzas o al Bellotero Pop de Fernando Esteso, Pero por algún motivo (¿por la falta de testimonio audiovisual?) no regresaban hasta la pieza fundamental del rock agrario: una joya que hemos tardado décadas en asimilar y reconocer: La Charanga del Tío Honorio.
Una búsqueda en Google de este grupo ofrece muy pocos resultados. O eso, o gasto un Google barato. Pero Este grupo cuenta con dos ases de muchísimo calado. Uno es Honorio Herrero que después formaría Derribos Arias, con Poch y Jaime "Gabinete Caligari" Urrutia.
El otro es el mega compositor Luis Gómez Escolar, autor de canciones como Bailar Pegados, (un pasito palante) María, pero también (agárrense) de Super Disco Chino, Caca-culo-Pedo-Pis (de los extraordinarios punkitos, un grupo de un solo tema y una sola toma), las canciones de La Gran aventura de los Parchís y por supuesto Hay que Lavalo. Luis Gómez Escolar es un referente musical de primerísimo orden. (Pena de sus documentos firmados para la Sgae. Ñah.)
Estos dos barandas y sus compañeros fueron los primeros que vieron claro que el retorno a la naturaleza que proponían los jipis que conquistaban la costa, era muy bonito en la adolescente norteamérica, pero que en España tendría unas coordenadas muy distintas. El retorno al campo era la conquista de la jota y la muñeira y la guitarra eléctrica, un mejunje espectacularmente cocinado que llamaron Poz Rurá, y que sigue vivo al escribir estas líneas, con su penúltima reencarnación.
La Charanga del Tío Honorio es uno de los primeros esfuerzos para mostrar qué sucede cuando ejecutas tendencias musicales según lo que defienden, y no según cómo suenan. Esa sola apuesta ya es revolucionaria y clarividente. Y además, su canción pegó y mucho. Aún no la hemos olvidado, o quizá, en ese espíritu de no creerse la música como la venden y mostrar los monstruos que sintetiza, crearon un "ensayo musical" que podría sanear bastantes ramas espúreas de hoy. La Charanga está de plena actualidad, en el fondo y en la forma. Es menester ponerlo otra vez.
SUPER BOLA EXTRA: De dónde viene Hay que Lavalo
"Por cierto, como anécdota, la canción de "hay que lavalo" de La Charanga Del Tío Honorio tuvo como origen el desparramamiento de un líquido alcohólico (o algo así) por los suelos. LLegó el operario de turno y dijo: Esto va a haber que frotalo y lavalo. Hala, anécdota tan tonta que Honorio no contará pero mi menda sí."extraido del generoso Hay Bombón Helado
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