jueves, enero 26, 2006

Clásicos Contracultura: Javier Cansado

ENTREVISTA CON JAVIER CANSADO
Acontecida el 9-1-96

Realizada por Raúl Minchinela

Transcrita por Marisa Ocón y Raúl Minchinela

Carlos Arroyo y Javier Pozuelo, más conocidos como Faemino y Cansado, son actualmente la apuesta más interesante del humor español, tanto en la forma como en el contenido. Su mundo surrealista y la carga intelectual subyaciente en sus números los elevan a alturas cuasidivinas comparados con el resto de humoristas españoles de éxito, empeñados en imitar a famosos del momento y disfrazarse de ama de casa. Javier "Cansado", divertido y risueño en todo momento, nos atendió desde su domicilio concediendo esta entrevista en exclusiva a Contracultura.

El cartel que tenían en cartel en los tiempos de la entrevista.

Contracultura.es: Como Faemino y Cansado se os ve muy preocupados por la forma. ¿Existe la vanguardia en el humor? ¿El humor no necesita ser compartido por el público para funcionar?

Javier Cansado: El humor es de los espectáculos o de las artes que necesita más la respuesta del público; es el arte más ritual, necesita que el público se hermane contigo. De todas maneras hay una línea de humor más frío, más calculador, que sí puede prescindir un poco del público. Pero en nuestro caso es fundamental. Nosotros cuando empezamos no teníamos apenas éxito y actuábamos para dos personas, para cuatro, cinco, para una minoría... y ahora, aunque nos vaya muy bien seguimos siendo minoría , seguimos fieles a ese planteamiento. Pero es una especie de ambivalencia: a la vez haces vanguardia, investigas, pero no puedes perder de vista a la gente, porque como la gente no te responda,... aunque nosotros personalmente a veces estamos más satisfechos con cosas que a la gente no les gusta. Pero a un así todo lo asumes. Tu no haces nada previendo que a la gente le vaya a gustar tu haces las cosas que te gustan a tí y te satisfacen a tí mismo. Luego anhelas que la gente lo disfrute, y si no lo disfruta, tu carrera se cercena y no llegas a ningún sitio. Es una especie de dualidad.

Cc: Siempre habéis utilizado la estructura de sketch, y habéis tratado temáticas: superhéroes, romanos, silla y mesa,... ¿no hay riesgo al encasillamiento?

JC: Eso en principio era handicap, era un poco extravagante, generalmente el humor se entendía con estereotipos más digamos de televisión. Con famosos y tal. No se trabajaba el aspecto surreal de la vida cotidiana. nosotros tratábamos aspectos de la vida cotidiana, personajes como los médicos, los farmacéuticos,... En principio fue un handicap, pero luego, con el tiempo, ha sido todo lo contrario. Ahora la gente valora justamente que hagas cosas distintas. Recuerdo que en televisión, por lo que contaba la gente, estaban esperando a ver qué hacíamos hoy, no era como Santi, con todos los respetos, en el programa de Pepe Navarro, que sabes que va a decir "no siento las piernas", que es lo que hace gracia. Nuestra onda es otra: de cambio continuo, de búsqueda de estímulos,... pero siempre lo hemos hecho, y además no sabemos hacer otra cosa distinta. Siempre ha sido así y espero que siga siempre así.

Cc: ¿Cómo se siente uno al engañar a tanta gente y hacerla sentir inteligente?

JC: Nosotros de base sí que apelamos a que la gente complete los chistes, es decir, las referencias que utilizamos son muchas veces primarias, es decir, muy cotidianas, pero luego hay trufas, dejas cositas un poco culturales, un poco de formación, que al fin y al cabo tu sabes lo que sabes y todo lo metes cuando estás creando. Entonces nos gusta apelar a la inteligencia de la gente, y hay cosas que hay un poco supercherías y hay otras cosas más sutiles, apelando a conocimientos más arcanos, y eso mola, mola mucho.

Cc: Habéis trabajado multimedia: uno de vuestros sketches se comercializó en CD-ROM, ahora el vídeo de venta directa,... ¿esta inquietud es real o es una anécdota?

JC: Lo del vídeo era algo que buscábamos. Queríamos trabajar con un equipo propio. Habitualmente, la televisión es una especie de mastodonte que para tomar una decisión, sea la que sea, tienes que hablar con un montón de gente: producción, siempre te ponen peros, te traban,... Queríamos un trabajo con poca gente. En este vídeo somos doce, catorce personas y, bueno, uno de los cámaras es mi hermano, la productora es mi mujer,... el equipo es todo muy cercano. Así que nos sedujo la idea de hacerlo de esta manera: totalmente independientes, sin ningún tipo de traba, ... Usamos otros lenguajes, que no son otros lenguajes en definitiva, por puro romanticismo, aunque luego el vídeo cuesta tres mil pelas, tío, que eso te jode, que es una pasta. Pero eso es una cuestión comercial de la que se encarga Pearson, este grupo inglés, nosotros estamos al margen. Pero buscábamos esa idea de trabajar en petit comité, con muy poca gente, que todas nuestras decisiones fueran tomadas sin menoscabo de nada. En televisión, tío, era un rollo...

Cc: ¿Qué restricciones teníais en televisión?

JC: No tanto restricciones de censura (que también las hay: censuras con el himno,... que tampoco nos interesa mucho, porque hablar del rey nos da igual) más bien son cosas de engranaje, son mucha gente, hay mucha movida, quieres sacar una cámara a la calle y te dicen que no, que tienes que sacar una unidad móvil con veinte personas y dices "pero tío, si yo quiero una cámara de informativos" "no, es que no hay cámara de informativos, porque no puede salir a la calle, tal..." son las cosas que te dicen yo quiero trabajar con poca gente, con cosas pequeñas. Son trabas más formales, de trabajo, que de contenido.

Cc: ¿Cuando tenéis suficiente material hacéis un espectáculo o esperáis a tener un cierto stock?

JC: Últimamente es que estamos un poco vagos y trabajamos por encargo. Tenemos firmados tres videos con esta gente: hemos acabado uno, ahora estamos escribiendo el siguiente,... de esta manera. Estamos escribiendo también un número nuevo; cuando lo terminemos, haremos una tournée por toda España, grabaremos el vídeo,... mientras tanto estamos escribiendo mucho en los viajes y tal, pero escribimos notas, situaciones, no le damos forma, no escribimos los diálogos y tal. Trabajamos cuando tenemos una meta que cumplir.

Cc: ¿Cuáles son los pasos básicos de preparación de vuestros sketches?

JC: Hay desde la pura improvisación, un día que estás de buen humor y dices, venga, vamos a trabajar, entonces planteas una situación cualquiera y la trabajas hasta que sale. Una especie de tormenta de ideas. Lo hacemos charlando, en la terraza de Carlos (Faemino) o en mi casa,... cuando improvisamos no escribimos nada. Otras veces, más a menudo, a alguno de los dos se le ocurre algo, algo muy concreto,... el ejemplo que siempre pongo: hice un sketch de un tipo que va a una óptica en la que el dependiente es muy grosero, muy mal hablado,.. se me ocurrió cuando venía de la farmacia pensando "hay que ver los de la farmacia que melifluos que son, y además su negocio es que estás enfermo,...", es un trato muy blandengue. Y decidimos darle la vuelta a la idea: una farmacia muy antipática,... y llegas a una situación.

Cc: ¿Todo vale? ¿En algún momento os dais cuenta de que no podéis sacar partido a esa idea?

JC: Tiramos material sin parar. Cuando estamos preparando algo, trabajamos seis horas al día a lo mejor tres meses. Trabajo durísimo. ¿Cuándo se nota? Todo sobre el papel nos hace gracia a nosotros. Luego puede haber cosas que en papel están muy divertidas, pero luego cuando las hacemos, cuando las rodamos, no quedan bien. O cosas que a la gente no le gusta, sólo nos gusta a nosotros. Pero el fiel fundamental es que nos divierta a nosotros. Y cada vez tenemos el listón más alto, cada vez nos hacen gracia menos cosas. Antes cualquier sketch que hacíamos nos gustaba o nos daba un poco de punto: ahora tiene que gustarnos mucho.

Cc: ¿Cuándo notáis si el sketch vale más para teatro o para la pantalla?

JC: Lo pide la necesidad de movimiento, o el diálogo. La cuarta pared del teatro: las cosas que están en convivencia de la gente, eso lo hacemos para el espectáculo, para el directo; luego están los números un poco de voyeur: gente que mira lo que haces tú. Esos los dejamos para sketches, para vídeos. De hecho, hemos hecho alguna prueba, trabajamos en un café-teatro de aquí de Madrid, el Galileo, y trabajamos cada quince días o así (cuando no estamos de gira, como ahora) y hemos hecho la prueba de hacer ahí cosas de televisión, y no funciona. Y dices, "pero coño, a lo mejor es una especie de profecía", pero no funciona.

El vídeo en cuestión. Nótese el blurb promocional "todo un lujo para la inteligencia".

Cc: Vuestro vídeo comienza con un homenaje a las introducciones del Monty Python´s Flying Circus. ¿Puedes mencionar algunas de vuestras influencias humorísticas?

JC: Nuestra influencia principal son los Monty Python. Nos marcó muchísimo: hay un antes y un después de ver "Los Caballeros de la Mesa Cuadrada". Viendo a Les Luthiers, lo que hacían en tiempos, veía que se podían hacer otras cosas con el humor, y vimos en aquella época esta película Carlos y yo con dos amigos y nos impresionó muchísimo. Yo me di cuenta de que aquello era algo especial, raro, y entonces empece a investigar, a ver cosas, y pude dar rienda suelta a las cosas que yo escribía en la revista del instituto y luego en la facultad, y nos influyeron radicalmente los Monty Python.

Cc: ¿Buscáis influencias externas actualmente?

JC: Vamos mucho a Londres a ver espectáculos y gente. Compramos videos, las cosas que están en boga. Pero tenemos tanta influencia ya de nuestro propio background (que ya somos mayores y hemos vivido muchas historias) que nos permite tener nuestro propio punto de vista. Hay cosas que nos sirven. Por ejemplo, el programa del Orgullo del Tercer Mundo lo queríamos hacer así, pero en Televisión decían que no, que ese programa no se podía hacer en Televisión porque eso era un rodaje a la italiana y no funcionaba en televisión. Entonces nosotros recordamos que teníamos un vídeo de dos humoristas ingleses, Cluney and Bridge, se lo enseñamos,... no era parecido al nuestro pero tenía algo que ver. y dijimos "Mirad, este es un programa grabado ¿veis como funciona?" "pues sí, tal". Pues queremos hacerlo como lo hemos pensado. Esas cosas sirven para que la gente más recalcitrante, más anticuada, le puedas enseñar "no se puede hacer" "míralo, está hecho" "hostia, pues sí".

Cc: Siempre comentáis con nostalgia la época en la que actuabais en la calle. ¿Qué recuerdas de aquello?

JC: Era muy romántico. Joder, es un contrasentido en el que vives. Te pasas toda la vida consiguiendo como cómico el verosímil, que la gente piense que eres divertido, que vaya a verte al teatro, y una vez que lo consigues, añoras la época romántica en la que tenías que ganarte la vida, que tenías que demostrar que eras divertido, que hacías algo nuevo. Echamos mucho de menos aquello época: actuabas en la calle, es decir a la misma altura del publico, vamos, de la gente que pasa por allí, no hay luces, los miras a los ojos, no hay nada que localice la atención sino que tú estás allí y la gente te mira, o si quiere no te mira y tal, y aquello es muy puro, lo que se produce en un espectáculo en la calle es purismo, alguien va paseando, tú lo concitas a verte, te ve si quiere, te paga si quiere, sino se marcha, es muy primario, es como muy romántico.

Cc: Pero vuestros números son muy cíclicos, hay que estar desde el principio para entender la trama. ¿Cuál era la aproximación que teníais en la calle?

JC: Pues mira, esta forma de hacer la hemos conseguido por trabajar en la calle, todo esto es consecuencia de aquello. En la calle pasaban muchas cosas mientras actuábamos ,y nosotros las incorporábamos al espectáculo; entonces los números crecían día a día, ibas incorporando cosas... Se trataba de captar la atención; yo, cuando veía que había conseguido captar esa atención, flipaba, porque la gente en la calle es como muy libre, es muy raro; por ejemplo hubo una época en la que actuábamos a la vez en la calle y en escenarios de Madrid, en bares de la periferia y tal y te das cuenta de que la gente en la calle era muy fresca, era un encanto, y sin embargo en los bares era como si te exigieran, como si fueras profesional en el bar y en la calle no fueras profesional, o sea que hay una especie de amateurismo, pero incluso para el espectador, también es amateur el espectador. En la calle estaban más relajados y era una felicidad absoluta.

Cc: Pero eso lo habéis dejado ya, ¿no?

JC: (Nota: incluimos esta respuesta porque su contenido ya aparecía en la entrevista aparecida en el semanal de El Periódico) Bueno esto no lo pongas, pero hace cosa de dos años nos fuimos al Retiro a actuar y fue un verdadero coñazo. La gente se pensaba que aquello era lo del "Inocente, Inocente", pensaban que era una broma y nos decían que qué hacíamos allí si nosotros salíamos en la tele, y dónde están las cámaras, y te pedían autógrafos,... fue un rollo y no hemos vuelto por eso, pero nos encanta.

Cc: ¿Por qué el riesgo o el placer de incluir en los números palabras como pleonasmo o maniqueo, que el público general no conoce?

JC: A nosotros nos hace gracia utilizar así cultismos, cosas así un poco fuera de contexto, por ejemplo, lo de Kierkegaard, que es una parodia absoluta de las "frases hechas de televisión". Como el no me siento las piernas de ahora. Nosotros desde que estamos en televisión, la gente, los productores decían tenéis que buscar una frase que la gente repita en la calle. A la gente en televisión les parece que es una demostración que tú estás en boga, de que les interesas: cuando alguien repite tus frases es que le interesas. Es un mandamiento que tú dices: "Mecagüenlaputa, será la verdad pero a mí me da mal rollo". Entonces parodiando eso buscamos una frase que fuera una pedantería, que no hubiera contexto donde decirla, que fuera un poco en esa parodia. Entonces me gustan esos guiños a veces un poco inusuales dentro del humor.

Cc: Acabaríais los dos contentos, porque la frase ha funcionado.

JC: Sí, al final ha sido el cazador cazado. Al final funcionó. Esperábamos que no hubiera nadie que lo dijera y resulta que la gente lo dice.

Cc: ¿Por qué inflamable significa que puede arder si debería significar lo contrario?

JC: Eso es el castellano, que es muy rico y está lleno de contradicciones. Inflamable... suena más bien, sí,... a globo aerostático. Un globo aerostático inflamable.

Cc: La imagen que dais de improvisación, ¿es real?

JC: Eso es pura verdad, sí señor. Improvisamos mucho y sobre todo en televisión: en los rodajes improvisamos mucho más. Es que llevamos mucho tiempo juntos, y todo eso es la resolución de haber trabajado en la calle tanto tiempo. Hemos trabajado mucho en la calle y sobre todo al principio del espectáculo tenemos veinte minutos montados y lo hacíamos una vez tras otra, y nos aburríamos, claro. Después de hacerlo cinco veces seguidas, pues te aburres. Y entonces siempre buscas salir de ese atolladero: buscas nuevos planteamientos, incorporas frases, cambias la actitud del personaje,... de ahí nos queda un poco esta idea de funcionamiento: lo que hacemos, como técnica de trabajo, es que jamás (bueno, casi nunca) memorizamos los textos de los sketches y memorizamos la actitud del personaje: entra enfadado, dice tal... digamos que hay cosas que están fijadas pero del resto sólo está fijada la actitud. Eso te da pie a que un día metas una frase distinta y esa frase sirva como asociación de ideas, en fin vas cambiando cada vez y todas las risas que hay , sobre todo yo, que me río más porque Carlos tiene una memoria el cabrito que es impresionante. Carlos a veces ha aparecido en mi casa,... una vez en concreto apareció con las maletas para irnos de viaje, y yo, "no, si es la semana que viene", "¡ah, hostia! bueno, invítame a un café y ya está". De pronto se le olvidan las cosas. Eso te obliga a improvisar continuamente, cosa que nos hace muy felices porque sino nos aburriríamos mucho. No es por falta de ensayos. Nosotros más improvisamos cuanto mejor nos sabemos el sketch: es decir, cuando el sketch está más ensayado, e interpretado muchas veces en nuestra casa o en el estudio, entonces lo rodamos (o lo hacemos en teatro) e improvisamos más porque nos sentimos muy seguros y entonces nos da igual. Cuando un sketch se ha preparado con falta de tiempo o está entre alfileres pues lo hacemos casi al pie de la letra.

Cc: El hecho de que Carlos (Faemino) sea más llamativo en escena da la impresión de que tú trabajas más fuera del escenario. ¿Es eso cierto?

JC: Bueno, yo soy el que los escribo pero porque los escribo. Pero, vamos, todo el trabajo lo hacemos a medias, o sea que las frases que dice Carlos no son de Carlos, sino que son de él o mías. Todo el trabajo está hecho entre ambos. Mis frases y mis presentaciones son también a medias; lo que pasa es que a mí me gusta más hablar y me va más el papel de serio (y además creo que me va más el papel por físico y tal) y él da más el papel de cómico, un poco más de listo-tonto, en el sentido clásico de los payasos. Yo hago más de listo.

Cc: Ahora tienes muchas iniciativas aparte del dúo Faemino y Cansado: haces radio, escribes artículos,... Carlos es más reacio a hacerlas ¿no?

JC: Es que Carlos es más vago. No tiene más historia. A mí me gusta trabajar, tengo un poco este afán de (joder, qué pedantería) trascender. Me gusta hacer cosas que se lean, que se vean.. y a Carlos eso le da igual. Carlos es un fotógrafo excelente, pinta, escribe y tal, pero le da igual. Es muy vago, pinta un cuadro al año... Estamos haciendo un juego de mesa entre los dos, que así es como empezamos Carlos y yo, haciendo juegos de mesa. Lo estamos haciendo, la mitad cada uno. Yo tengo mi parte acabada y Carlos apenas ha empezado, así que tendré que empezar también con su parte. Carlos es un genio, y es muy vago. Yo no soy vago, a mí me gusta trabajar mucho.

Cc: ¿Cuándo va a salir el juego?

JC: Teóricamente tendría que salir este verano pero no nos va a dar tiempo a sacarlo. Lo sacaremos a mediados del año que viene. Está muy bien, va a ser una cosa muy curiosa. Es un estilo Trivial Pursuit, pero en vez de para gente que tiene memoria, para gente que tiene más imaginación. Es una locura: hemos probado ya el juego y es impresionante. Es muy, muy divertido.

Cc: ¿Cuándo os veremos por aquí, por Zaragoza?

JC: La verdad es que en Zaragoza tenéis un problema gravísimo, tío, y a lo mejor no vamos, fíjate. Porque el dueño del teatro Principal no quiere que vayamos, entonces tenemos una posibilidad en el Teatro del Mercado, pero es muy pequeñito. En Zaragoza fue nuestro primer éxito, que estuvimos en el Mercado hace cosa de 5 años, estuvimos 4 días y fue fantástico. Y estamos locos por ir pero no podemos ir, tío, a ver si lo podemos conseguir. Porque ciudades grandes nos faltan Alicante, Oviedo y Zaragoza.

Cc: ¿Para cuando un musical?

JC: Yo no se cantar, tío. Carlos toca la guitarra, y un poco el piano; Carlos es muy polifacético, lo que pasa es que no hace nada el cabrito.

Cc: ¿De dónde nace el usar la canción "Dame veneno"?

JC: Yo es que antes escribía de música en una revista. Es que una vez me pasó una cosa, que se la conté a Carlos y ahí surgió un poco el asunto, que a mi me echaron de una fiesta por pedir a Los Chichos. Una fiesta muy pija y tal. Soy un poco guarrocho, lo reconozco, y de muy malas maneras pedí que pusieran a Los Chichos, en una cinta. En aquella época, la gente pija Los Chichos era lo que odiaban. Fue muy jevi la cosa. Me echaron y tal y yo comencé a reivindicar la rumba canalla. Pero luego se me pasó un poco.

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